viernes, 22 de octubre de 2010

MIRAVALLE

Rebeldía utópica,
Salpicada de esperanza transformante.

Miravallle:
La siempre rebelde. Contestataria, indomable.
Eres grito mudo en cada esquina.
Rencor violento , vestido de pobreza.
Eres nieta del olvido, y madre de la eterna promesa.

Tus hijos –negados por muchos y visibles para todos-
Se abren paso por la urbe , con rostro misterioso,
con sueño tardío, con ilusión aniquilada.
Respirando hondo, el olor de la vida truncada.

Vives el eterno presagio del bienestar,
Gestado maquiavélicamente desde el poder .
Anidas en tus entrañas el deseo –siempre vigente y necesario – de la dignidad, del respeto, de la vida.

Miravalle:
La siempre oculta, negada, rechazada, olvidada….
Vestigio vivo de la ineptitud gubernamental, Memoria presente del holocausto nacional.
Estampa fiel del realismo masacrado por la mercadotecnia.
Por la ficticia imagen de la posmodernidad y la vanguardia.

Tus entrañas gestan culturas ancestras , milenarias…
Tu historia revela la verdad de la salvación – de la otra historia-
nunca contada en los libros,
pero siempre grabada en la conciencia colectiva.

Sangre viva, que el sudor transpira.
Corazón magnánimo, que se entrega sin reserva ni medida.
Espíritu de hermandad contagiado de misericordia.
Solidaridad vestida toscamente, con atuendo de rebeldía.

Miravalle:
La que mira a sus hijos suspendidos de un árbol,
Y su recuerdo taladra la conciencia y envenena la promesa.
La que acepta silenciosa el paso de la muerte y sólo atiende a participar en el funeral.
La que cada noche escucha los gritos de violencia;
De golpes y maltratos y cierra sus ventanas para no dejarlos entrar.

Tus noches saben a rencor, a venganza, a miedo.
Sudas pequeñas gotas de paz , cuando tu espíritu se rebela contra la miseria , contra la adversidad.
Alimentas a tus hijos , con el pobre pan de la unidad.

Miravalle:
Levantas tus brazos al cielo ,
mientras el lodo de la injusticia empapa tus pies descalzos.
Mientras el calor del odio consume tus entrañas .
Mientras el grito olvidado de la desesperación, ahoga tu garganta.

Y sin embargo;
Vives y sueñas, ríes y celebras, juegas y cantas.
Olvidas tu oprobio y caminas erguida.
Levantas tus muros como signo de promesa y de futuro.

Cada día el sol te abofetea la memoria y castiga tus anhelos.
sales entonces, valiente a enfrentar la historia.
Tu suerte se rebela día a día , hora tras hora, minuto a minuto.
Y regresas al anochecer invisible , mudo , despojado.

Miravalle:
Faro del Oriente.
Bajo tus faldas se consumen los recuerdos y se anidan uno a uno
Los pensamientos incomprensibles, las verdades increadas.
Desde tu cielo miras hondo y respiras fuerte.

Tus ojos traspasan el viento y se clavan en el horizonte.
Su reflejo moja tus pupilas ,
Y el estruendo de sus voces, lastima tu sordera.
Tus gemidos se pierden en el valle y el viento los empuja tierra adentro.

Tus cordillera esconden misterios y protegen verdades;
Laberintos pintados con el color tenue del trabajo , del recuerdo,
De la nostalgia por la tierra dejada ; sola, abandonada.
Serpentean el suelo y se aferran a la tierra queriendo cobijar el pasado.
Y así tu historia sigue.
Tu destino se enoja y se rebela.
Embistes el presente con gallardía.
No dejas de luchar . Tu lanza está siempre afilada.

Tu escudo es tu pasado,
Tu motivo tiene rostro de niño(a)
Tu camino es contracorriente.
Tu esperanza es la revolución.

Miravalle:
La que sueña, la que dormita inquieta,
La que se niega a perecer,
La que sangra a diario ,
pero vive su vida , muriendo a su muerte,
cargando su historia y sorteando su suerte.

Jac

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