Adelaida Mejía Pérez fue invitada a la celebración del día internacional de la mujer por el Secretario de Educación del DF el día 8 de marzo de 2011 en el museo de arte popular de la Ciudad de México, aquí se reproduce su discurso:
Buenos días Sr. Secretario de Educación del D.F.,
autoridades del gobierno del D.F. ,
señoras y señores presentes:
Mi nombre es Adelaida Mejia Pérez originaria del estado de Oaxaca orgullosamente de la raza zapoteca, tengo 63 años de edad y me siento honrada por haber sido invitada a este día Internacional del día de la Mujer.
Desde muy niña quice estudiar , por ello mi padre me inscribió a la primaria Benito Juárez en el pueblo San Felipe Tejalapam Oaxaca a la cual llegaba después de 40 minutos de caminata a una escuela de 3 salones construidos con adobe, recuerdo tener que ir al río y en la falda de mi vestido llevar la grava para construir mi escuela, la cual ví terminada despues de 8 años. ¿Como olvidar a mi maestra Micaela y al maestro David? Excelentes personas que simpre impulsaron a su pueblo a salir adelante. A mis 14 años tuve la necesidad de trabajar en una casa en la Ciudad de Oaxaca para poder seguir estudiando, ahí me daban techo y comida, la escuela secundaria pública no era opción para mi por lo que terminé en una institución privada y nocturna.
A los 17 años al terminar la secundaria, decidí que queria ser enfermera militar pero mi papá no me dejó.
Regresé con mi padre a trabajar en el campo, un trabajo duro pero hermoso por estar al lado de mis padres, compartir la vida con mis hermanos y mi tía quien fué mi segunda madre. Por falta de recursos económicos regrese con mi familia a trabajar al campo, a los 19 años me case y vine a la ciudad de México con la promesa de mi esposo de que regresaríamos a nuestro pueblo, eran las 3 de la tarde de un 9 de abril de 1966, una gran desilusión y tristeza invadió mi corazón, miseria, suciedad, ansiedad, desesperación, ¡claro no era mi pueblo!
En estos 45 años esta ciudad me ha dado 3 hijos, su educación, un hogar, amigos, alegrias, tristezas, de la ciudad lo que más me gusta es el acceso a la cultura, sus monumentos, sus conciertos, sus museos, AHORA PUEDO DECIR QUE ¡HE APRENDIDO A AMAR A ESTA GRAN CIUDAD!
He tomado cursos de primeros auxilios, corte y confección, sin embargo siempre sentí un vacío y decidi al igual que mi madre quien a sus 70 años aprendió el alfabeto, continuar mis estudios de nivel medio superior. En el año 2010 acudí a un Diplomado a la UACM y ahí me ofrecieron una convocatoria de la prepa del IEMS, cuando la leí me emocione, sentí mucha felicidad y nervios porque creí que por mi edad no me iban a admitir, el último día de registro fue cuando uno de mis hijos realizó el trámite, cuando recibí los resultados y ví que había sido aceptada por el IEMS, yo decía que me pelliscaran por que ¡estaba soñando!. El primer día de clases sentí una gran emocion y miedo al rechazo de mis jóvenes compañeros, pero ahora me siento bien y con muchas ganas de seguir estudiando.
Recientemente los estudiantes, maestros y la comunidad decidimos colocar la primera piedra de nuestra preparatoria no sin antes, como lo hice hace más de 55 años trabajar en las faenas de limpieza del terreno. Cuando agregué la mezcla me senti muy feliz y emocionada eramos nosotros los estudiantes con el apoyo de nuestras familias, maestros y la comunidad quienes de cara a la sociedad dijimos: ¡Aquí estamos respondiendo con estudio y trabajo!
La preparatoria ha cambiado mi vida, en el micro hay gente que no conozco y que me saluda y ¡miren! ahora estoy aquí frente a ustedes contando parte de mi historia, sin embargo en nuestra comunidad hay decenas, cientos, miles de mujeres que como yo tan sólo esperan una oportunidad para aportar a la construcción de la ciudad y de nuestro país y qué mejor que mediante el estudio, es por ello que necesitamos más escuelas, acceso a la salud, a la cultura, al deporte.
Desde esta tribuna en el día Internacional de la Mujer y en nombre de mis compañeras asumimos el compromiso de terminar con nuestros estudios, agradecemos a la Ciudad de México la confianza depositada en nosotros y pedimos a las autoridades congruencia, en particular traigo la voz de mis compañeras y compañeros ¡Queremos nuestra escuela! Nosotros estamos cumpliendo, no sabemos de tiempos políticos, ¡sabemos de voluntades!
Muchas gracias.
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